jueves, 25 de agosto de 2016

[27/07 20:40] 

 Nos hemos levantado con el Danubio fluyendo en vertical de arriba a abajo. Llovía con saña.
El voluntariado se ha suspendido y hemos dedicado la mañana a pintar una pancarta.
Vamos a recibir a Francisco con el lema "online con el Papa"; y con el emoticono de llorar de risa, dar un besito, los ojos de corazón y guiñar sacando la lengua... Así de adolescente, dirán algunos. Así de autentico, dirán ellas. Así de cariñoso, diremos ambos.
Auténtico ha sido el discurso de despedida de nuestra amiga concejala-directora de escuela. Nos ha convocado en la Biblioteca con un grupo de niños del pueblo. Y nos ha dicho"Nunca antes en Kismaros hemos tenido jóvenes haciendo voluntariado. Quiero que estos niños se queden con vuestro recuerdo, para que cuando crezcan también sean solidarios" Y después nos han regalado unas piedritas que ponían "Kismaros" escrito por ellos.
Conmovedor, dirán algunos. Súper emocionante de pelos de punta, dirán ellas. Para no olvidar nunca, diremos ambos.
Después nos han enseñado el museo de la historia del pueblo. Una casita con tres habitaciones abigarradas de fotografías y objetos antiguos. En 16 metros cuadrados, pasabas del año 1880 al 1985; ibas desde el listado de soldados "úsares" llamados a filas para la guerra austro-prusiana, hasta una insignia con la estrella comunista; pasando por una tejedora, una cuna de bebe, un casco de la primera Guerra Mundial y pendones de vainicas para la procesión del Corpus.
Ese caos de cosas mezcladas parece también nuestra maleta para Cracovia. Hemos visto fotos del camping de allí y tenemos claro que vamos a la aventura.
No podremos cargar los móviles, así que tal vez haya que interrumpir las crónicas hasta que pillemos, además de una WiFi, un enchufe en el hotel de Viena. Pero procuraremos salvar batería para seguir en contacto.
También nos han llegado vídeos del ambientado en Cracovia. El Papa ya esta allí y nosotras en menos de 24 horas le vamos a conocer. 

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